Elder Exvedi Morales Mérida
POESÍA DE UN SOL QUE CRECE
Regrese,
Halle mis huellas
Y me reencontré.
Es este
Uno de los mejores hallazgos
Que he hecho.
Y ahora,
Estoy aquí,
Charlando conmigo mismo,
Fumando melancolía,
Tejiendo la canción más radiante
Y planeando el futuro.
…
No me interesa
El éxito superfluo
Y las apariencias.
Me interesa
la sonrisa genuina,
el pan sobre la mesa
ganado con dignidad
y honradez;
la amistad sincera
y no postiza.
Me interesa la ternura
Límpida y sin mascaras.
…
Es irónico estar exilado
En mi propio pueblo.
Jamás imagine
Cuantos dolores
Me esperaban en la vida.
Pero no me arrepiento de mis
pasos
De mis sueños,
De mis anhelos.
De nada.
…
Enmudecieron las palabras
Y mi alma,
Cual guitarra huehueteca
Guardo aquel silencio
Tan temido por siglos.
Enmudecieron las palabras
Mientras te marchabas
Para jamás volver.
Solamente las lagrimas
Gritaron
Tanto dolor
Y desesperanza.
Y ahora
Eres de otro.
…
El reloj descuartiza el tiempo
Y mi humilde pluma
Va pariendo los versos
Que dicta mi alma.
He retornado.
He renacido de las cenizas
He vuelto a la senda.
A nuestra senda.
…
Bajo el torrente del tiempo.
Ya no soy
Exactamente el mismo.
Antes sonreía.
Era un iluso.
Un soñador empedernido.
Ahora estoy solo,
En este recodo del mundo;
Agonizando,
Hartándome de melancolía.
Y de tus recuerdos.
Y de tu ternura lejana.
…
Vete
Con tus conjeturas
Y con tus versos imbéciles,
Me dijiste.
Y me fui.
Me marche.
Me largue.
Y ahora,
No soy más
Que una guitarra sin cuerdas,
Sin pentagramas,
Ni sonoridades.
Soy una guitarra desvencijada.
…
.deshilvano
El mundo de los recuerdos
Y ahí estas tu
Con tu ternura infinita.
Hundo mis ojos
En tu mirada
Y retornamos
A aquella senda
Que tanto ame,
Que tanto amamos.
Ya no estás,
Es cierto,
Pero gracias a los recuerdos,
Nos reencontramos
Y nos reímos del silencio,
De la distancia
Y de la muerte.
…
Luchaste con el alma,
Hermano mío.
No en vano,
Eras bardo enamorado
De la vida y del arte.
Y por eso,
Los buitres de carroña
Te cortaron la existencia
Y esta sociedad hipócrita
Guardo silencio.
No dijo nada.
No protesto.
No alzo su voz
Y tampoco
Derramo lagrimas
Por tus versos,
Por tus huellas.
Brenda Zacnicté Monzón de la
Peña
Hombre
Hombre
Pecado al
rojo vivo.
Invitación
a perder la cordura,
A amarte
con tanta dulzura
Para morir
de pasión entre tus brazos.
Llama
ardiente donde quemo mis deseos
Isla de
encantos donde me pierdo
Para
renacer en las llanuras de tu vientre
Como una
loba sedienta de tus labios.
Ser que
perturbas mi razón
Donde
escondes el cajo de tus deseos
Quiero
abrirlo para que correteen
En los
laberintos de mi cuerpo.
Mujer de trigo, tierra y agua
Yo no sé
Ni
siquiera quien soy
Solo sé
que soy
La que tú
quieres
Que yo sea.
Soy los
ojos
Que
reflejan tu mirada,
La lluvia
que empapa tu cuerpo,
La caricia
que no se reprime.
Soy la que
es y será.
El llanto
hecho risa,
La mañana
clara que te despierta.
Esa soy yo
La esencia
del amor y la pasión
Hecha
mujer,
Mujer de
trigo, tierra y agua.
¿Cuántos besos podre robarte con diez rosas rojas?
¿Cuántos besos podre robarte
Con diez
rosas rojas?
Hoy lo
sabré.
Te
regalare flores
Y te
llevare serenata.
Te diré
que te quiero,
Que por
las tardes
Añoro
verte junto a mí,
Cerca de
la fuente de la plaza.
¿Cuántos besos podre robarte
Con diez
rosas rojas?
Tal vez
sea uno o quizá ninguno.
Déjame
probar de nuevo tus labios
Que saben
a almendra,
A fresca
mañana de otoño.
Quiero
morder suavemente tu boca,
Quiero
sentir tu piel,
Quiero
verte de nuevo a los ojos
Quiero
embriagarme con el olor de tu pelo.
¿Cuántos
besos podre robarte
Con diez
rosas rojas?
No me
castigues más con esa duda
Y regálame
la miel de tu boca,
Que no
resisto más ese deseo.
Danis Omar Rodgríguez
Fragmento
del poemario “Expatriación”
Ganador de
los LIII juegos sahuayenses
Diciembre
2008
Sahuayo,
Michoacan, México
Lloro en las madrugadas de la patria
cuando sueño zapatos vacíos
tirados en los escombros de una casa.
Lloro sin solución, como lloran los árboles
o como lloran los recuerdos
cuando tienes alzhéimer.
Y es que hay un gran dolor desde acá hasta mi casa
por los pobres caminos que quedaron sin huellas
por los pobres zapatos que quedaron sin huellas,
por las pobres esperas que quedaron sin huellas.
Más que las fotos pálidas, me aterran los zapatos
vacíos,
me aterra la sinrazón de las ausencias,
la terrible patada que golpea la frente
por los que ya no caminan en la senda.
Y no entiendo por qué,
pero despierto a gritos
cubierto de zapatos que claman por sus dueños
cubierto de caminos ya cubiertos de grama
porque nadie los pisa,
por puentes que se caen nuevos en el olvido,
por puertas que ya nadie cruza por las mañanas.
Y es que hay un gran retazo de ansiedad en la ausencia,
hay pedazos de vida que ya nadie respeta,
hay fragmentos de sueños que ya nadie recuerda.
¡Ah, zapatos vacíos! Nadie los llenará
y seguiré despertando entre el insomnio
desgranando recuerdos de los asesinados
Así, sin solución,
sin sueño,
sin salida.
La patria que me duele la tengo entre mis noches
atravesada toda por la mies del silencio
crucificada antes y vuelta a crucificar
traicionada antes y vuelta a traicionar.
Es como un campesino desatado del alma,
es como un niño muerto a lo largo del hambre
es como una marcha que va
desde el fondo de la verdad hasta el olvido,
es como una protesta de esas
que no requieren bombas lacrimógenas
para soltar el llanto.
Esta patria es de lluvia sin techo entre los árboles,
esta patria es la tumba sin lápida en el monte,
esta patria es la abeja sin flores en su danza.
Campesina doliente, esta patria desvela
cuando viene a empellones con sus golpes de sangre
cuando viene a trompazos con sus desvelos pálidos
de cuando era la guerra.
Esta patria no brilla con luces insensibles,
esta patria no canta como viento en los árboles,
esta patria no invita como paisaje indómito.
Sube por los recuerdos cuando llega la noche,
se escucha como paso de bota militar
en la orilla del sueño.
Patria decapitada en la noche esculpida;
esta patria palpita como tres corazones
aferrados al miedo.
Es patria de cobardes y es patria de valientes,
de niños que se fueron tras un sueño oloroso
que no pasó de sueño,
de niños enjaulados en carros militares
y de gente sin retorno.
Esta es la patria mía, la que rompe mis ojos,
la que derramo a gotas cuando pienso en los muertos,
la que derramo a mares cuando encuentro las fotos
de los que no volvieron.
A una madre muerta
Las madres
n o se mueren, se sientan a cuidar
Desde
allí, desde enfrente, sin que podamos verlas
Y las
gotas que nacen de los ojos son perlas
De un
rosario de rezos que ellas saben rezar.
Las madres
no se marchan, se cambian de lugar
Para que
así nosotros, que queremos tenerlas,
Las
tengamos por siempre, sin temor a perderlas,
Llena el
alma de cielo y los ojos, de mar.
Y no hay
poder humano que comprenda esa entrega
Que
comienza en el alba, que comienza al nacer
Y que no
finaliza cuando la muerte llega
Las madres
son la almohada para poder poner
La cabeza
cansada, son la fuerza que llega
El alma
cuando empieza el hombre a desfallecer.
¿Qué es esto?
¿Vale la
pena este dolor que mata
Que quema
el alma y que derrota al grito?
¿Vale la
pena este dolor que escrito
Entre los
ojos, la ansiedad, rescata?
¿Qué nos
cobra la vida cuando ingrata
Muestra la
espalda al corazón contrito?
¿Cuándo
todo se inclina ante el marchito
Dolor que
nos embarga y que nos mata?
¿Es esto
amor, o solo la agonía
De una luz
que se quiere y no se alcanza
Entre la
soledad del día a día?
¿Es esto
amputación o es una lanza
Que
atraviesa el costado cuando envía
Al amor
mas allá de la esperanza?
PERO…
Tuve un
sueño y estabas tú conmigo
Navegando
entre olvidos y naufragios
Una nave
viviendo los presagios
De
tormenta y de flor, beso y castigo.
Fue una
noche con nadie de testigo,
Nadie que
nos dijera los adagios
Con que se
adornan los hados los contagios
Para
hallar del amor fuego y abrigo.
¿Eras tú?,
no lo sé, lucia tan real
La imagen del recuerdo que estallaba
Y todo lo
que giraba hasta el final.
Era el
sueño y el alma que intentaba
Encontrar
una imagen natural
En la
inconsciencia en la que me ahogaba.
PERO…
Busco sin
encontrar en lo vivido
La imagen
de un amor no consumado,
Una mujer
que gris, habría dejado,
En un
lugar donde creció el olvido.
Busco
aquel sueño azul que nunca ha sido
Barca que
al yo llegar, había zarpado:
Estrella
que fugaz había cruzado
El cielo
cuando estaba yo dormido.
Amor
perdido sin nacer siquiera,
Flor
moribunda que nació en la nieve,
Mariposa
volando a media hoguera.
Niña
imposible que jamás se atreve
A cruzar
los caminos de la espera
En donde
vive mi tristeza leve.
¿Qué les
puedo decir…
Que les
puedo decir
Si yo nada
entiendo de la vida
Y se poco
de su complejidad.
Solo se
vivir al paso del viento
A donde me
lleve el rio
Con su
caudal.
Distancia
No me
llames amor
Si no me
amas.
No me
llames pasión
Si no me
deseas.
No digas
que soy tuya
Si no me
tienes.
Mejor
llámame distancia
Porque a
mí, nunca llegas.
Color de
rojo fuego…
Color de
rojo fuego
Es la
sangre que me corre
En las
venas, furia espesa
Que
sepulta las piedras.
Liquido
que enciende mis motores
Derriba
muros, derriba fieras
Lanza al
viento su grito aguerrido
Va por el
mundo
Cantándole
al tiempo
Que no
habrá nada
Que la
detenga.
Margarito Granados Ramos
I
Fruta Madura
¿Qué lluvia se llevo con
ella tu dulzura?
II
Esa Bestia del Miedo
Vestida de fiesta
La alegría paso por la
ciudad
Llamando en cada puerta
Y luego huía riéndose
-Traviesamente-
De quienes le abrían
Cayendo en su juego.
Multitudes fóbicas
Asomaban el rostro
Y la buscaban sin
encontrarla.
Detrás pasó el miedo,
Con ceño fruncido
Y olor a pólvora,
Orinando paredes y ventanas
Andenes y parques,
Mercados y bancos,
Escuelas e iglesias
…Así, nuevamente,
Por si las dudas,
La bestia del miedo
Volvió a marcar su
territorio.
III
Poesía
En la tétrica mansión
Del silencio
La aldaba de la puerta
Es consejera anónima
De la quietud.
El moho es solo una firma
Cuya huella petrifica
En la inconsistencia
Y,
Atropelladamente,
Caen los segundos al abismo
de la nada.
Un sonido,
Entonces,
Es una canción
Que resquebraja el barniz
De esa quietud silenciosa
Y brilla una luz:
El yo de la palabra.
IV
Simplemente
No soy hombre viejo,
…Soy hombre
vivido,
La edad es tiempo
desgranado.
Y
Pagado
Segundo a segundo.
No le debo al tiempo.
V
Adiós
Has dicho que te vas y para
siempre…
Lejanamente sonríes,
Volteas y te marchas…
No te detengo, llévate tu
cuerpo
Pues, ha sido eso lo que
únicamente
Ha convivido conmigo.
VI
Concepto
Aquí está la paz…
Y una paloma rígida te cae
A los pies que descalzos han
venido
Sangrando con su carga de
agonía
Alargando caminos de hambre,
sed, ausencia…
Aquí está la paz…
Y te dan una jaula de dolor
Con el secuestro.
Pero eres libre;
Así lo dice la radio
Así lo dice la televisión y
La prensa de subasta.
Así nos manejan el concepto.
VII
Breves
El rio canta.
Se endulzan sus aguas
Cuando me besas.
--
Toda alegría.
El sol es más sol,
La luna mas luna
Cuando sonríes.
---
La noche ríe.
Ya luz de tus ojos
Les hace cosquillas
Cuando me miras.
---
Me miras, te miro;
Silencio y silencio;
Escapas, escapo:
Así es nuestro miedo.
---
Oscuro, oscuro…
Profundo, profundo:
Así es mi silencio.
---
Nadie le canta,
Todos la ignoran
Fea como es
Nadie se acuesta
Con la miseria.
---
Vive tan sola,
Ríe tan triste
Nadie la quiere
¡Gorda pobreza!
---
Fría como es,
Todos le huimos;
Pero, es el caso:
Terminamos durmiendo
Arnoldo Edilberto Tánchez
Palacios
ATRÁS DE ESE PASADO
Ayer no eras libre
El corazón se enfurecía,
Como angustia del viento,
El pasado eran tus rejas,
Más allá de ese adjetivo abstracto
Estabas escondiendo tu memoria
No solucionabas sino los sueños
Haciéndote delirar transparencias
De una individual libertad.
Llegaba constante el ayer,
Hasta que la colina de enfrente
Suscito un aliento
Deslizándote por el
Y desde donde pudiste ver
Al otro lado,
Perdiéndote en el viento
Inconmensurable de tu libertad
Y resucitaste
Con la diaria sonrisa de la colina
OJOS EXPRESIVOS DEL SILENCIO
Esa mirada de niño
Es la suprema libertad.
Ve en el silencio
Su enigma,
En el se alojan todas las noches,
Fluye el pensamiento
Y sus ojos expresivos de ese silencio
Es la única lumbre
Del mundo desconocido.
El niño, su libertad,
Lo dicen:
Esos ojos expresivos del silencio.
CUANDO PERDIMOS UNAS CADENAS
Fue sin tiempo,
Hecho cósmico,
No hubo dialogo sino con el alma,
Los escrúpulos no se contaron,
De arriba provenía la luz,
Pero sin entendimiento
Aprendimos a romper
Por la cintura, las cadenas sin edad.
Se exigía rencor,
Sangre vertida en la tierra,
Palabras decisivas sin coherencia
Para equivocar los nombres,
Palpitaciones contadas,
Valor en cada puño
Para asestar el golpe en el corazón
Del enemigo, y,
Saber morir sin sentir la muerte
Sino esquivarla con la tarde
Que hizo perder unas cadenas
Las que no ansiamos, sino vencerlas.
YENDO CONTIGO SOY LIBRE
Los sueños forman el muro,
De transigencia
Muy estático y mudo,
Tiene fisuras
Son las de la eternidad,
Por ellas se despide el viento, y,
Yendo con el estamos libres.
Pero el viento no es para todos,
Se alarga con su intemporalidad
Se deshace en el muro de las almas
Que de cansancio sucumben,
Lo recobramos a la distancia,
Por fin, en su saeta de universo,
Incognoscible sin poderlo forma en pintura
Lo llevamos al alma,
Que no pertenece a las tumbas.
¡Claro viento,
Sustancia de vida
Yendo contigo soy libre!
TIEMPO RECOBRADO
Recobro imágenes,
Buscadas en el último recodo
De los minutos perdidos
En el túnel de mi soledad.
Estaban desaparecidas,
El último las sepultaba pareciendo inertes,
Sin vida, sin nadie que las sacara del vacio
Eran las imágenes
Del espíritu frente a la aurora,
Las negaba, las odiaba,
Y un abismo nos separaba.
Llego otra primavera,
Sus luces, su raro olor a fruta
prohibida
Tuve que nacer otra vez
Recobrar todos los amaneceres.
De música de lirios,
De ríos desbordando su gracia
En las riberas de calladas arenas,
Y su brisa de ángeles.
Naci de nuevo, pudiendo al fin
Recobrar otra vez todos los amaneceres,
Recorrer en ellos mis días,
Mis ilusiones,
Respirar de nuevo al hombre libre.
MÁS ACA DEL COSMOS
Tu simpleza,
Tu sola sonrisa de nadie
Es tu libertad, todo tu ser,
El milagro de la vida
Estando más acá del cosmos.
La rebeldía de tus repetidas frases
Se pierde en tus cabellos
Sueltos al viento.
Protestas
E invades las calles,
Eres útil, francamente rebelde
Más acá del cosmos.
CORTOS POEMAS EN DIAS DÍFICILES
I-
El campo recorría tu piel
De
tantas distancias – que llevamos contadas
De
tanto tiempo si su risa
Por
el final de muchas tardes.
II-
El cortejo de tu cintura
Es
este sol que alumbra mi rostro.
III-
El medio día parecen tus ojos – cuando
Resplandece
ese fuego – para calcinar otras
Miradas
-, y que corra el infinito y tus horas.
IV-
Para aligerar mis mañanas, tuve que moldearlas
De
cristal – y atisbar el dolor de los demás.
V-
Solo unas palabras, sin el sentido de lo completo
Bastaron
para escribir sobre piedras
El
último momento de nuestro adiós.
IRONÍA
Porque
no vas a la escuela domingo-
-porque
tengo que trabajar. Donde trabajas
En
la construcción de la nueva escuela.
PERSUACIÓN A LA PERVERSIDAD
Para escribirte use el agua
Que quedo en los tejados
Del último invierno
Y así relacionar el tiempo
Que escapo de nuestras manos.-
…..
A veces me entusiasman los cipreses
casi me enternecen
Me hacen reencontrar
El dilema que es el tiempo.
Están perpetuos frente a la ventana,
O casi muertos,
Manos de hombres los están quemando,
Aun cuando el siglo
Calcine esas mismas manos.
…..
Por
la estepa de tus muslos,
Despertare
mi tiempo.
Abriré
el camino
Para
recorrer también tu tiempo.
…..
Volveré
a conversar contigo,
Cuando
la noche se muestre violenta;
Y
las palabras iracundas
Puedan
inquietar el silencio,
Que
nuestras almas
Han
transformado en costumbre.
OTROS POEMAS
En febrero nunca escribí de
ti,
Parecías lejana.
Me dedique a los amaneceres,
Sin mas tocar tu nombre.
Enfilo mi ser de alegrías,
Viendo al niño regar las
flores,
Las totales estrellas han
permanecido
Como otro jardín.
La única protesta es la vida
Por no regar el corazón.
Febrero pasará y otras voces,
Inundaran el viento,
Y toda esta guerra humana
Estará despierta, sin
solucionar nada
Y ya jamás
Escribiré de ti.
….
Hoy, en el parque
Se escuchaba ruidos y
protesta.
Ya no se toma en cuenta
La dimensión de las flores
Y sus colores.
La grama, la lluvia
De una y dos tardes de
febrero.
A cien metros de mi
escritorio y máquina de escribir
Están las voces de los
maestros.
En la vida vuelven a
protestar
Después de muchos silencios.
Hoy son los maestros, mañana
los campesinos,
Luego los desempleados,
Detrás vendrán los jóvenes,
Y, los niños protestan
Porque nadie los escucha.
Pero siempre volverán
Una por una las flores
De los jardines del parque.
….
Es calor, es tu cuerpo,
Son los años que nos
vencieron.
….
A esos pies descalzos
De niño y niña
Que se pasean por las calles
Sin preguntarse siquiera
En inocentes corazones
La razón de no tener
zapatos.
NARRATIVA CORTA DE IXCAN GRANDE
–PORQUE YO VIVI INTENSAMENTE
LA AGONIA DE ESA TIERRA DURANTE 178 DIAS –
VELACIÓN
Ayer, anoche, todos en la
aldea acudieron al velorio del niño Pedro Pablo que murió de disentería aunque
corrió la noticia que los nahuales se lo llevaron. Todos fueron corriendo,
dejaron los quehaceres. Era un hecho poco conocido en la aldea, además habría
comida y licor.}
FÁCIL NUMERACIÓN
La vida de Cecilia
Mendoza. Cecilia Mendoza fue comprada
para matrimonio en la aldea Ojo de Agua, por la cantidad de ciento treinta
quetzales; el matrimonio con Juan Sales duro ciento treinta días. El único hijo
concebido, al nacer, vivió apenas ciento treinta horas. Actualmente Cecilia Mendoza se refugia en la
ciudad y sirve en una casa con salario de ciento treinta quetzales.
INVETERADO LIMONAR
Veinte años después de haber nacido aquel limonar del traspatio de la
casa de los abuelos, fue sacrificado para siempre y los zompopos ahí
sobrevivientes emigraron a la casa contigua en cuyo traspatio existía otro
limonar sacrificado después que dio sus frutos durante veinte años.
Los zompopos continúan buscando limonares cada veinte años, para no
perder la progenie y la esclavitud y así un día moraran en el infinito
cuando ya no existan
Rudy Alfonzo Gomez Rivas
Alumbrando heridas
Los dedos alumbran mis
heridas
mientras recobro los
recuerdos perdidos
y los convierto en
mariposas.
Causa justa
Emerjo
desde la tumba
de
mis días muertos
callado
con
los ojos cerrados
trato
de encontrar
en
medio de esta agonía que me circunda
rasgos
de una causa justa.
Suicidio no tan absurdo
Cantaré
cuando tenga que cantar
lloraré cuando tenga que llorar
reiré
cuando tenga que reír
despojaré
de mí toda máscara
todo disfraz
tan
convenientemente impuesto
haré
todo eso y más
porque
me place
porque
solo así evitaré
suicidarme
tan absurdamente.
Alimentando la poesía
Remiendo
esta realidad
con
luz de nardos sin excusas
libero
la risa apretada en los labios
detengo
el tiempo en mi muñeca
para
seguir bailando
en
el patio fértil de mis días sin rejas siembro
palabras:
con
la cosecha alimento la poesía.
Poemas tomados del libro
“La fría hoguera de las palabras”, Editorial Chuleta de Cerdo, 2011.
XVII
Los rostros
de mi país
son
escuálidos
ausentes
lejanos
algunos veces
-por no decir
que siempre-
invisibles.
Aún así por
las noches
convocan al amor.
Postergado
silencio
En estos días
el silencio
se posterga
los cláxones
revientan en las sienes
tan cierto
que en las
calles
un niño
improvisa un circo.
Perdiéndome
silenciosamente
Hay veces que
camino de prisa
para llegar a
algún lugar
cuando quiero
perderme
camino con el
silencio.
Poemas tomados del libro
“El silencio como invento”, Editorial Letra Negra, 2012.
Fundido abrazo
De inmediato
la abracé, lejos de la multitud. En esa habitación únicamente los dos y el
universo cerrado. Sentí como mis manos se desvanecían entre su cuerpo. En ese
fundido abrazo pusimos a descansar el tiempo. De pronto su cabellera negra se
abalanzó sobre mí, empezó a enrollarse por todo mi cuerpo, crecía
descontroladamente. En unos instantes estaba envuelto por completo. Sin opciones
de escapar. La respiración era cada vez más difícil. Finalmente me fui
extinguiendo entre los incontables cabellos, apenas alcancé a ver que a ella le
había empezado a nacer un cabello más.
Lo irónico
Un mago de
gran prestigio y de renombre mundial, ante la exigencia de su público de
realizar algo sorprendente, se hizo desaparecer. Entre aplausos, ovaciones y
gritería de los asistentes aún lo esperan.
Por demás predecibles
Por fin, una
noche después de siglos y siglos de condena, de dormir profundamente, los
vampiros despiertan. Todo había cambiado. Imponentes rascacielos los inmutan.
Aunque buscaron hasta por debajo de las piedras, concluyen que el mundo está
habitado solo por robots, el sol los sorprende llorando desconsoladamente.
Francisco Sosa Ruiz
POEMAS
Para No Herir La Prisa
I
Efímeramente
no todo envejece
Aun cuando
la sonrisa
Amanezca
sin ganas de esplender
Desde las
comisuras o silencios
Ni todo
tiene su postrer adiós
Bogando en
las cenizas de los cirios
Cada vez
que la sombra redondea su curso
Para
llenar los vacios del poema
II
Alguien olisquea
el verano
Con la
misma precisión de los ensueños
Que abaten
su curso floral y vocinglero
En las
líneas de la tarde
Son
trémulas acciones lloviznadas
Desde los
mismos piracantos y jazmines
Otro que
llega roza su prestancia
Delineando
sus espejos de obsidiana
Su corbata
mariposearía o su soplo azul
Arrugados
por olvidos y pasiones
III
El viento
pasa tan febril como la tarde
Ondulando
las rutas del olvido
En la osca
floración de los geranios
Pasa
siempre con su cola reiterada
De
plenilunios silvestres
O
desovadas distancias cristalinas
Con el
mismo ademan de los silencios
IV
El corazón
siempre cobijara tristezas
En alguna
estación de los recuerdos
Porque no
inviste nudos ciegos
Ni algo que gire trasnochado
Al
confluir el ansia en la materia
De
aquellos que pasan toda su vida
Arqueando
su futuro en las goteras
V
Sin
perseverancia nada se hará mejor
Aun las
dislocadas rutinas
Tienen sus
leves variantes horarias
Los actos
danzarines del espíritu
Pues son
de vocación fija por naturaleza
En ellos
estiban para siempre los giros
De
aquellos descarriados de la tierra
VI
El fuego
interior que nos llama y vacía
En
determinadas etapas de la vida
Se rige
por reiterados destellos y predicciones
De una
constante y nacarada fruición
En los
espejos invertidos de la sangre
Hecho el
rito cotidiano de la espera
Solemos
encontrar asideros perennes
De
vocación y entrega para describir diluvios
Con la fe
traspuesta y rumorada
VII
Nunca más
nadie fue tan cierto y certero
Para
incendiar los páramos azules del ocaso
Que el
cuerpo ruin, pájaro cascabelero
Señor del
aire y la cascada
En las
peripecias del ocio y desvarío
Regidos por
la ruta cotidiana del ensueño
Son aves
de rutinas agrestes y giros renuentes
En el
vacio corazón del cielo
VIII
Descrito
con reiterados acentos el amor llueve
Vertical y
horizontalmente en todos los rincones
Apacibles de hombres cuya mirada festiva
Es
diametralmente diáfana y dulce
Así las
cosas nada fosforecen llanamente
Bajo su
influjo y persuasión
En los
múltiples caminos de la vida
IX
Hay
quienes reflejan sus espejos interiores
Anteponiendo
el ansia a la penumbra
Bajo
arboles de sombras colectivas
El rumor
que enciende sus reflejos
Resopla
sobre impulsos desvariados
Sobre
filos de las horas invertidas
La
sagacidad de sus actos ulteriores
Vienen de
alguna lumbre constelada
En el
abrupto sentido de la vida
X
Las rutas
de los sueños se describen solas
Con la
precisión celeste de los suspiros
Que
habitan la tarde primaveral
De la vida
en sus anchos y diversos caminos
Solo
entonces se pueden deletrear los colores
Invictos
del poema que inaugura el ocaso
En
horarios de vertiente azul estrepitosa
XI
Debajo de
horarios dulces la noche
Esfuma su
pálpito perenne
En rosas
de puntual azogue
En cada
poro la amada luce sonrisas
Que desde
su floral corazón hilvana
En
rotación tibia estelar precisa
Sus silencios
encallan sobre puntos suspensivos
En la
sangre que designa su grisácea estación
Partiendo
del olvido o sus rosas
XII
Ser poeta es una vocación de espejo
O de raíz
en la misma dimensión azul
Del
resplandor o la lluvia que amanece
En corolas
rupestres y afanes tutelares
Hay lapsos
en que el corazón nos remece
Cuando
aves ascendemos geografías de polen
Hasta que
nos vence la oruga del amor o de los sueños
XIII
Con la
muerte florece todo diametralmente.
En esa
flor irreductible hay caminos
De solemne
e infinitesimal tristeza
Sus densas
corolas giran en la luz
En la
reverberación nutricia del aire
Que es la
sonaja fúnebre mayor
Quien
pregona tal suceso ya no esta
En las
arterias colectivas del ensueño
XIV
Sueños
despiertan sin concretar desvelos
En marsupiales
gozos y penumbras
Entonces
tus orillas arden en abismos mayores
De sal
inconcreta apacible y
lejana
Giros bruscos desdeñan los caminos
En
elefantes blancos de asedio y golondrina
Se torna
azul el viento llamaradas esquivas
La justa
sensación de los ensueños
Que clavan
el fulgor de otros sueños
XV
Ningún
camino dado es renuente a los pasos
Si tu
sombra comienza en la mañana
A girar en
asperezas conmovibles y lejanas
Hablamos
de rutas sin tregua y certidumbres
O de
espacios abiertos a la razón fortuita
Y al
corazón celeste de las primaveras
Tales
pasos trascienden montañas interiores
Allende de
la sangre y el olvido
Florecen
en la piel y en las miradas
Desandan
su emoción y enredadera
Son
vestigios de nardo en la ribera
XVI
Cada soplo
trae en si un nuevo augurio
Desde algún lugar de la memoria
Hacia
almanaques cóncavos o tenaces ramajes
Cultivamos
asideros de polen y alabastro
En
sonrisas concretas y lejanas
Tras
navegar poesías en los mares.
Francisco Everardo Sosa Ruiz, alcanzo el
tercer premio de la primera bienal
internacional de poesía breve de la revista correo de la poesía, en Valparaíso
chile, 1,983.
El primer
premio lo obtuvo, Gladis Afamado de Uruguay y el segundo el Dr. Antonio Rendic
de Chile, participaron más de 300 poetas de Iberoamérica.
Poemas Breves
I
Hagan un
lugar para mi sombra,
Fuera de
todos, debajo de la casa
¡Allí
donde estuve con la aurora!
II
Una nueva
manera de cantar se ha señalado.
Cada
quien, entonces, con su carrito de mariposas
Que vamos
a cercar el meridiano, llenos de luz,
Metiendo
nuestra voz, por los espejos.
III
Estamos a
tiempo en los cristales,
Oteando
lejanos como estrellas
Los
últimos requiebros de la noche.
A base de
esperanzas convivimos
Aunque el
humor nos congele
La ultima
sonrisa del verano.
En
torno a su poesía, Alfonzo Larrahona Kasten dice: En los tres poemas, la
nostalgia, el dolor y la esperanza nos lo muestran en un intimismo que se nos
antoja universal, porque su posición es la de muchos en el mundo. Esto lo
caracteriza y va su poesía como un rio subterráneo que viene a remecernos. Su
poema II es bellísimo, nos muestra un poeta pleno de resonancias oníricas que lo están incluyendo entre las nuevas
voces de Latinoamérica
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