jueves, 6 de noviembre de 2014

LAS SERENATAS DE HUEHUETENANGO: DOBLE TRADICION

















                             













                            

  SERENATAS ENTRE LUNAS


DE HUEHUETENANGO

UNA TRADICION QUE SOBREVIVE
A PESAR DE TODO



FRANCISCO SOSA RUIZ






LA SERENATA DEL DIA DE TODOS LOS SANTOS. TESTIMONIOS DE UN HOMBRE,
CREADOR DE SERENATAS.
1,940-1,914. A 74 AÑOS DE DISTANCIA

En 1,983, el Grupo AHUEHUETL, publico un interesantísimo articulo de historia sobre las Serenatas, señalando a ¨Choligo¨, García Soto como uno de os forjadores-iniciadores de la Serenata del Día de Los Santos.
El artículo, es fundamental, para conocer a quienes hacen historia con sus actividades artísticas. Los datos consignados se dan a conocer, sin citar la fuente de donde se tomo la información. Incluso, hay algunos que se la adjudican como propia, por la forma que la sirven o dan a los comunicadores, reporteros y periodistas. Por ello, lo damos a conocer textualmente, tal como apareció hace 28 años.
LA SERENTA DEL DIA DE TODOS LO SANTOS
INTRODUCCION:
*A pie de sus cambrayes
Huehuetecos, el niño…*
*se te quedaron pedidas las manos en el monte, amigo,
Sosteniendo l forma de las rosas silvestres.*
Entre escarcha y mugido grandes
Tierra adentro se te huyeron deshechas en raíces,
Íntimamente
Hondamente.
No.
No pudiste sacar tus ojos del rio aquella tarde,
Y se te fueron para nunca, rio abajo, rio grande,
Llenándosete de peces y burbujas…*

RAFAEL SOSA –Poeta huehueteco-

Noches de luna limpia. Juventud en flor cantando al amor por calles abiertas, regadas con palidez de estrella, con vibrar de marimba, voces y guitarras.

Corren los años treinta de mil novecientos…y en las noches de lunario esplendor, en esta tierra dechado de inspiración y tradiciones, las serenatas afloraban bajo dinteles, ventanales o corredores: ¡ cerca del corazón ¡ ¡desde el corazón¡… eran aun, costumbre de pocos…

Huehuetenango de entonces, siempre noble y apacible, como una castellana ciudad en el occidente de la Patria,

En el interior de los hogares de entonces, el calor humano nuevo y eterno siempre. El himno filial del amor bajo los techos, puesto en palabras caen siempre como ramos de mirto sobre el corazón apacible y puro. Enternecido desde siempre y para siempre. Bordado de sonrisas de galana estirpe, de arco feliz y triunfal. Albura tenue y esplendente a la vez.

Y el titilar de quinqués o candelabros  -con ligera llama-  fulguraban-entibiaban las horas, la noche, el silencio, el alma: derramaban su luz en el espacio interior y más allá, a donde el ojo y la mirada alcanzan.

Ya se pensaba en aquella época como incrustar FAROLES que iluminarían el siempre tendido cuerpo de las calles. Eso daría confianza a las salidas nocturnas. Sin embargo, en las noches pali azules y de luna siempre se dejo escuchar la atrevida caricia del corazón hecha canción, que desde el alma del intérprete ha volado como un ángel de amor hacia el ser amado – que desde su sueño, desde su lecho, desde su ventanal  - la ha sentido aletear o correr como delgada cascada de flores que ponen luz en su corazón. Dulzura en su alma. En la mirada traspuesta. O el clangor solemne de las horas constantes y estelares.

Este y mucho mas ha sido Huehuetenango: tierra siempre artista y querendona, labrada en la nobleza y la esperanza, en el afecto y  la honda tradición y, así se ofrece –eternamente - al visitante.

Pasa el tiempo… pero siempre habrá un lugar donde vivía encendida, floreciendo, cantando o luchando el corazón. Corazón hecho de recuerdos, de marimba, de esperanza, de canción o de poesía; pero testimonio siempre de VIDA, de afecto, de búsqueda por los caminos, entre la gente o en el callado regazo de la eternidad








UN LUGAR,  UN INSTRUMENTO.  UNA VIDA: TODOS TESTIMONIOS

-un lugar donde siempre edifico su sueño y su esperanza.  Donde canto su lágrima o su risa…con su marimba siempre: ¡para siempre!

¿Cómo te llamas ahora lugar?

¿Cómo te pusieron para no perderte de los hombres y de los años?

Si, ahora se te nombra: 1ª. Calle, tercera avenida, esquina, zona 1.

Alguna vez te pondrán nombre HUMANO, pero siempre serás lugar de siempre.

-UN INSTRUMENTO: ¡marimba tenias que ser!  ¡Pájaro de siglos! ¿Aun guardas tus lunas y barrancos?

Guardaste sus años, los escondiste en la columna vertebral.

¿Cómo es posible –animal de eternidad- que aguantes tanto silencio ahora? ¿Cómo es posible?
Que se hicieron las manos que acariciaban tu talle, tu columna vertebral para que te pusieras a cantar y te rodearas de notas luminosas o estalactitas sempiternas de notas cadenciosas musicales?

¿Dónde palpita el corazón que se perdía con tu cuerpo en las noches de luna, amor y recuerdo?

¡Anda cantando en las ventanas y corredores de la eternidad!

Ahora, marimba, estas hecha de silencio y soledad.

Marimba, huérfana de lunas, de ventanas, de manos, del corazón que te hechizo con su afecto y sus caricias.

Marimba de entonces ¿Dónde está tu destino de luz y serenata?

Marimba: 67 lunas cuenta hora tu camino de eternidad.

Por aquellos años, en aquella dirección y con una marimba pequeña –bautizada tenorcito, entonces-, a la par, creció una VIDA, hasta hacerse de silencio, de preclara soledad, un HOMBRE.

Allí se  fundó un TESTIMONIO DE ARTE POPULAR, de afecto eterno, nupcial, por el terruño noble. Ese testimonio dice ahora –en parte- lo que es Huehuetenango. Nos referimos a la grande y singular SERENATA DEL DIA DE LOS SANTOS.

Su fundador, hecho de vida sencilla – esa es la grandeza de los hombres callados- solo, gozaba soledad serena. Soledad de estar consigo mismo.

Acto de comunión con lo más hondo, con lo que se es, se piensa y se siente. Vida hondamente personal, irreemplazable en lo más profundo.

VIDA DE DON RODRIGO GARCIA SOTO: pionero de la institucionalización de  LA SERENATA DEL DIA DE LOS SANTOS, ahora tradición que siempre identificara a esta tierra de promisión, encanto y de esperanzas.

¿Dónde estás callado y noble SERENATERO? Aquí están vacías las ventanas. Aquí esta callada tu marimba, tu animal de sueño, de barranco y luna. ¿Dónde estás? Estas persiguiendo lunas,  ¿ahora escondes tu sencillez y tu nobleza en flor en las estrellas?

¡Siempre nacerás, VIVIRAS en cada serenata y todas las marimbas, de todos los tiempos de Huehuetenango!

¡Ya te hiciste de eternidad, marimbas y ventanas!

¡Recuerdo de emoción, fulgor y sueño. Regadera de otoños, de alta luz de lunas!










DATOS A MANERA DE CORTE HISTORICO: TESTIMONIOS DE UN HOMBRE

Don Rodrigo García Soto, nació en esta ciudad de Huehuetenango, lugar perpetúa nobleza y marimbas, por excelencia.

Sus padres fueron don Rafael García Guillen y la Profesora Guadalupe soto.

Vio la luz de la vida el 2 de junio de 1,914 y falleció en su misma tierra el 6 de septiembre de 1,983; justamente donde creció con su marimba la que fue siempre su moreno ángel, el que
-nimbado por sus manos- cantaba himnos alabados de amor y de esperanza, con los que inundaba el luminoso cielo nocturno de Huehuetenango y su huella mas esplendente y regocijo la dejo para cada 31 de octubre hecha serenata.

Desde su niñez, don Rodrigo, fue proclive al arte musical. Su tío, don Manuel Soto, siempre se extasiaba cuando lo veía hacer ejercicios de percusión sobre mesas y sillas: el afecto filial genuino siempre capta lo más hondo del alma y la vida. Así es como lo sentía un genuino artista
Y le hizo un regalo: una pequeña marimba, la que fue su entretención en toda su infancia y por siempre, su acompañante hasta la muerte.

Como anécdota se relata –en torno a su niñez- que fue un niño singular: nunca quiso, como los otros niños, pues estuvieron ausentes de sus manos los cincos, los trompos bailadores, los capirotes, tampoco encumbro los barriletes de la tarde…

Su único juguete fue la marimba –regalo de infancia- marco la INSTITUCIONACIONALIZACION DE LA SERENATA DEL DIA DE LOS SANTOS. A partir del 31 de octubre de 1,940. Claro, ya lo hemos dicho antes ya se daban serenatas en diversas noches y lugares, en las que eran otros actores, muchos de ellos anónimos...

Noches antes de la fecha apuntada Don Rodrigo convoca a varios amigos suyos y les propone su inquietud.  Con afecto, admiración y respeto, se recuerda a tres de ellos: Don Ciriaco Gutiérrez,
Siempre sencillo y noble violinista. Don Romeo Castillo Solares, quien fue quien solicito el permiso a la entonces JEFATURA POLITICA, hoy GOBERNACION DEPARTAMENTAL.  El tercero cuyo nombre no se recuerda y pasa a ser un anónimo participante.

A partir de 1,941 la Serenata fue más prolija, ya que se agregaron, -regando con sus almas- ventanas y calles, don Leandro y don Lorenzo Palacios.

La noche de entonces, envolvía marimbas y luceros.  Desfilaban por sus horas los arranques jubilosos de los muchachos huehuetecos, ya con bandurrias, ya con violines, ya con marimbas: fue una escena nocturnal con regueros de orquesta; un acto esplendoroso en el decir de alguien que presencio aquel evento.

Consta, pues, que desde el 31 de octubre de 1,940 se llenaron los balcones, los dinteles, corredores y calles de la ciudad de serenata y, desde entonces, no ha dejado de realizarse.

Este evento de arte popular, de regocijo y manifestación de acercamiento o comunión es ahora una solida tradición que identifica la idiosincrasia de Huehuetenango,

Don Rodrigo García Soto, ya no está. ¿Es acaso un perito de estrellas y eternidad? ¿Acaso ejecuta música celeste entre los ángeles…allá donde nuestras pupilas ya no ven?

El fundador de nuestra tradición fue como los genuinos artistas de nuestra tierra: no lo dicen que lo son, no lo vociferan, ni manipulan medios de información masiva.

Jamás fue proclive a la publicidad. Fue sencillo –esa es su grandeza.  Ahora el tiempo lo difunde. Es claro testimonio,

No tuvo angustias, ni ansias de poder…no se escudo en el arte para proclamarlas.

Nunca dijo ser fundador de tradiciones. No fue necesario: LA HISTORIA GENUINA DE SU PUEBLO SE LO RECONOCE AHORA.

 GRUPO AHUEHUETL
OCTUBRE DE 1,982.   

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DISCURSOS BREVES PARA UNA SERENATA SIN ORILLAS

En el confín del silencio, la soledad y oscuridad de la noche los serenateros,  salieron a hurtadillas, con sus instrumentos y muchas ganas de canta, para endulzar los oídos de las más guapas huehuetecas de la época.

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Hacia 1,920, ya se congregaban en el atrio de la Catedral huehueteca, grupos musicales. Ahí se cantaba para la virgen, patrona del pueblo; romper la monotonía de la vida diaria o salir de rutinas, simplemente.
La actividad se vio como buena y, tras ser aceptada por el pueblo, se fue fundando tradición.
Es decir, que se quedo para siempre.

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En Huehuetenango, siempre ha habido, hay y habrá músicos talentosos que vuelquen su inspiración en bellezas naturales, mujeres y otras cosas.
La vida así, transcurre hermosa. Digna de vivirse, alentados por paisanos con la misma, luminosa identidad arraigada en el devenir del tiempo y el espacio.

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La música serenatera de todos los tiempos, que ha inundado balcones, calles, casas y cementerios ha ido variando escasamente. Hay en ella, tristeza, alegría, abolengo y nostalgia del pasado, asi como otros ingredientes que han hecho de la misma una tradición genuina, para orgullo de los huehuetecos.
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La serenata trae en suma, recuerdos infinitos, que no podrán borrar ni la indiferencia de algunos, ni el furor de otros.
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Marimba y guitarras fusionan su canto, para cumplir con la tradición. Cumulo de sonidos, voces y ensueños. Melodías percutadas en el corazon del hormigo, a la luz de una luna coqueta y esplendorosa a la vez.
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Nada hay, tan canoro y dulce, como la serenata huehueteca, que se resiste a morir, pese a los tiempos y la fanfarria estridencial de la música chusca ocasional. Aquí emergen de nuevo los boleros, los pasodobles, los foxtrot y los danzones, para rendir la pleitesía debida a la amada y al corazón que que no deja ir a nadie con las manos vacías.
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Las serenatas tienen un sabor a melancolía cuando en el corazón de la luz esplendorosa, el olvido o el recuerdo remecen al Ser, con la misma fugacidad del clangor de las campanas.
La noche, entonces, se disuelve en las marimbas y estas en los balcones fervorosos del anhelo, en pos de un beso dulce o una mirada enamorada o soñadora.
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Hay en el recuerdo,  tiempos de azul melancolía. Fulgidos instantes de amatista. Cadencia de emoción y fuga, en esta serenata intemporal, tan huehueteca como las miradas de las damas nacidas en esta tierra de madrigales.
Que su música no se vaya, que se quede siempre. Siempre. En las ventanas abiertas del alma, en las rosas del corazón y en la flor de los sentidos.
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La serenata constituye un espacio fundamental para que la música llene los corazones de absoluta ternura y nubico afán. Vale deleitarse con esas notas sublimes y hacer de cada momento un sueño.
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Son momentos apacibles y felices, fulgidos, añorados, en suma, forjados a la luz de los recuerdos y la luna. Las melodías en marimbas sucumben al encanto de la noche que entreteje instantes sublimes, de amor y de embeleso.
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Guitarras y marimbas, corazones bifurcados en el celeste itinerario del tiempo y el espacio.
Serenata: ecuación de multiplicadas escalas en ritmo cantarino y soñador, bajo los signos tutelares del recuerdo y la nostalgia. Alma y luz del rocio. Flor y nata del anhelo.
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Serenata huehueteca, torrencial es mi voz en tu simbiosis marimbera, cuando las guitarras asoman radiantes y jubilosas para rendir pleitesía a este pueblo de doradas luces, de calles enredadas en el fulgor del tiempo y damas aromadas de jazmín y de lucero.
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La serenata tiene un güipil musical-multicolor. El halo que la inviste llena la atmosfera de cantos y recuerdos. De luz y algarabía.
El cálido como fraterno abrazo de la noche se enracima y canta y todo es fiesta. Tal vez por eso, no hay quien, se resista a echarse un grito, ante el jubilo de una canción que lo remezca hasta el último rincón del alma, cuando escucha la canción de sus amores.
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La serenata más apacible y pura quedo desde siempre, engarzada en algún rincón del alma y la historia musical de Huehuetenango.  Este girón amado de la Patria Guatemala, vestida de siempre verdes primaveras.  Las marimbas constituyen la música vertebral más lucida y serena, la que la mantiene izada en el ósculo más tierno del recuerdo.
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Al genuino huehueteco la serenata le corre por las venas con la misma emoción y fraternidad del ser enamorado de su tierra. La serenata nutre al espíritu y este a las raíces ancestrales de la tierra. Esa energía vital, benigna y soñada surge musical  en la inspiración fraterna de los hijos prodigiosos, fecundos y soñadores. Por esto y mucho mas, los celajes no cesan en el horizonte divino de Huehuetenango.
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Durante cada serenata, el caudal de música que recorre las calles es inmenso. Los pasos, además de los holas, las miradas, los adioses y los gestos están y  van salpicados de música.
El ímpetu total del visitante también sabe a música. Música que es lámpara y hermana, desde ese total ayer, del hoy y del siempre.
Bendita la música, el nardo, la poesía. Nada habrá más jubiloso en el tiempo vital de Huehuetenango y sus antañonas serenatas.
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La serenata es un legado fervoroso y bullanguero, nutrido de tiempos y espacio, de evocación y ternura, de recuerdos y nostalgia.
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Pareciera que, cada quien, celebra lo suyo, pero es un acto colectivo musical que llena con su canto y esencia los cuatro puntos cardinales de esta ciudad, constituida esa noche, la capital de la música.
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Rememorar esta noche los pasos de los primeros serenateros, músicos y marimberos del ancestral Huehuetenango, alla por la década del siglo veinte, constituye un homenaje a la flor y nata de los enamorados de los enamorados de esta tierra que forjaron una tradición a base de constancia, cariño, tesón y esperanza.
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¿Cuántos arrebatos sutiles habrán quedado en los geranios o en el encanto de las rosas las noches de serenatas? Hay plenilunios dispersos en su historia gallarda, musical.
Plenilunios en flor y caramelo en la vertiente azul de los recuerdos y la rosa amada de los pasos.
Plenilunios que al fin, ensortijan el anhelo de volver por Mi Chiantlequita,de  don Manuel Rodriguez Rodríguez, Las Tres Marías, Muchachos huehuetecos, o Tenis Club de Don Emilio Alejandro García; Migdalia Azucena y Lagrimas de Tema de don Gumersindo Palacios Flores o, finalmente Mis Tristezas de don Eliseo Castillo. Forjadores, todos, de melodías en el diapasón celeste de la vida y el disperso clangor de las campanas.
Así  y solo así, el corazón de amplias alas demuestra que pudo más que el silencio y la nostalgia, en el devenir de la memoria, anclada en el hormigo y la música que rebalso sus corazones de vocingleros soñadores y amantes por los cuatro costados y estaciones de la marimba querendona y conquistante.
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Guardada en las niñas del recuerdo y del corazón redondo y rojo gravita la serenata. Ahí pervive y aletea con emoción y ensueño. Con nupcial encanto y fraterna algarabía. Con el lenguaje musical canoro, dulce, irrepetible.
La ciudad vaga por los senderos de la música; salta la devoción, arriba el encanto. Aletea en la luz genuina, en el ensueño. Retoña en el corazón, ahora y siempre.
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La serenata rememora tiempos idos. Los serenateros de corazón anclaron en el recuerdo toda una gama de notas musicales a la luz de la luna, en el Huehuetenango ancestral y eterno.
Hoy, rememoramos ese rito o costumbre de sacar la música del olvido y la distancia.
Hay fiesta en el corazón, pues cada quien, recuerda a su manera y antojo a aquellos serenateros que inundaron las calles de este pueblo con música, voces y poesía.
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La congregación de instrumentos para celebrar la tradición, supone hermandad y sintonía.
Marimbas y guitarras, esparcen a los cuatro puntos cardinales las notas musicales mas preciadas por su ritmo y cadencia, por su encanto y devoción, por su filigrana y sabor, que llegan al corazón, al espíritu, al ser total que ya presiente una baño de pureza interior.
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Serenata huehueteca mi corazón se abre y te celebra colmado de recuerdos y algarabía .
En su centro vibran noches de esplendor, forjadas ritmos de valses o pasodobles al otro lado de la historia.
Serenata huehueteca engarzada te llevo en la memoria, en los sueños, en la vida. Puede más tu rio musical que las sombras, como las sombras de   la luz y el silencio. Puede más tu mágico recuerdo y algarabía de marimbas que toda la indiferencia y estridencias juntos, en ti no caben homenajes póstumos, ni revuelos platónicos de tosca devoción y arribismo de la cultura oportunista, desgarbada y oficialista.

Francisco Sosa Ruiz, 2,009

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UN ARTICULO ENJUNDIOSO, DE MUY PECULIAR ESTILO, PUBLICADO PRIMERO EN EL DESAPARECIDO PERIODICO ¨ EL GRAFICO ¨ Y LUEGO EN EL LIBRO ¨DIARIO DE UN ESCRIBIENTE¨, DEL ESCRITOR GUATEMALTECO MANUEL JOSE ARCE; CONOCIDO POR POCOS, LEVANTO POLVO ALGUN TIEMPO.
HOY, LO CONSIGNAMOS COMO UNA MUESTRA DE LA FAMA QUE ALCANZARON  LAS SERENATAS A NIVEL NACIONAL E INTERNACIONAL EN LA DECADA DE LOS OCHENTA.






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SERENTA DE MARIMBAS EN HUEHUETENANGO
Escribe: Manuel José Arce

Solo podía haber sido el Chepe Ernesto Monzón  ave canora y canosa, jilguero en motocicleta, guardabarranca con anteojos) quien fuera nuestro guía en el viaje al milagro.
En donde termina octubre y comienza noviembre, los Cuchumatanes se dan un insólito baño de música: las calles friolentas de Huehuetenango queman en hogueras de música todas las marimbas. Las montañas se desvelan, se pasan la noche con el ojo pelado y oído despierto, alborotadas por las marimbas, cientos de  marimbas, manifestaciones multitudinarias de marimbas que llegan, belicosas, a subvertir el orden establecido del silencio.

  
Todo se vuelve marimba esa noche. El agua de las pilonas de los patios huehuetecos suena a marimba. El llanto de los patojos suena a marimba. Las costillas de los chuchos callejeros, los besos calientes pero castos de las parejas de traídos, el reuma a de las viejitas, las jícaras de bebidas perfumadas y los vasos de guaro, las piedras resobadas de las calles, los cites cirrosos de tanto camina r ora llanta de camión a tuto, ora caite con indio a memeches) suenan a marimba. Hasta las campanas  coloniales de amplias y sonoras naguas de bronce, se apean de las torres y se meten dentro de la multitud para cantar con dejos de madera.

Todo se vuelve marimba esa noche.

Las calles de Huehuetenango se transforman en abiertas cañerías de música que va, de ventana en ventana, con chorros abiertos.

Los ¨talalaguas¨chiantlecos le echan el gallo al mundo al compas de las baquetas infatigables. Paco Pérez se fuga de la sombra del tiempo y se va, por calles y callejones, desgranando sus maravillosas ramplonerías en las ventanas florecidas de traídas de ojos grandotes en los que cabe el cielo limpio y de bocas diminutas como cunas de besos. La luna de Xelaju emigra Huehuetenango.

Esa noche hay más marimbas en la tierra que estrellas en el cielo.

Esa noche todos los arboles tienen envidia del hormigo. Esa noche las chiches de los tecomates amamantan los oídos de toda la gente. Huehuetenango se transforma en un vaticano de la grey de las canciones.

Y después, cuando ya mato el frio de la ciudad, la música se va, amorosamente, victoriosamente, a matar el frio de la muerte.

La música se congrega en el cementerio y cada quien le canta a su muerto la canción que mas amaba el difunto cuando era parte de este mundo. Y, allá en un rincón del nicho, bajo el frízer de la losa, una brasa enciende, crece se vuelve vida instantánea y los muertos reviven, recuerdan, despiertan y a lo mejor, camtan quedito la vieja cadencia amorosa y quien quita hasta bailan para desentumecerse de estar acostados.

En el cielo, el Ángel del Señor se queda baboso y piensa: -Ay juer y no era con una trompeta que yo tenía que despertar a los muertos pues?  ¡Habérmelo dicho y habría aprendido a tocar marimba!

Porque las serenatas de marimbas de Huehuetenango, verdaderamente, son cosa del otro mundo. Es milagrote grande y alegre. Es transfusión de vida para los muertos y para los vivos que vivimos mediomuertos. Aguacero fecundo en que los tenores suenan a pájaro y los bajos retumban como volcán. Y no son babosadas. Toda la ciudad se vuelve Patria esa noche.

Y a uno se le pone el corazón con piel de gallina. Y el que no tiene novia se jode porque no haya que hacer con tanto amor que florece adentro. Hasta los mudos cantan. Hasta los huecos se sienten muy machos. Hasta las piedras bailan. Hasta el cielo se agacha para oír mejor. Y Dios le da gracias a DIOS.


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EN TIEMPO MAS RECIENTE, APARECE LA PUBLICACION DEL LIBRO: TAURO II, VERSO PROSA Y RELATOS DEL DR. JORGE LUIS CALDERON TARACENA. EN EL MISMO SE INCLUYE UN ARTICULO SOBRE LA SERENATA DEL DIA DE LOS SANTOS. EN EL MISMO SE CONSIGNAN NUEVOS ACTORES Y VIVENCIAS DE LOS PROTAGONISTAS, AL ESTILO DEL REFERIDO AUTOR.  SE CONSIGNA A CONTINUACION EL CONTENIDO DE LA PUBLICACION:

La Serenata de ¨El día de los Santos¨, se volvió tema de disputa, porque unos como Laura García Soto Q:P:D., decía que su hermano Rodrigo Q:P:D., había sido el primero en llevarle serenata, frente a la puerta del Cementerio General de esta ciudad, a una su novia que se había muerto,…Es cierto que Rodris tenía una marimba donde cabíamos 3 personas, como en efecto sucedió una tarde que tocamos en el Teatro Municipal, con motivo de una velada infantil, Rodrigo, mi hermano Romeo y Yo.---Ahora bien, a Choligo nunca le conocimos novia y murió a una edad mayor, solo, completamente solo, soltero.

Chanco Alvarado –Miguel Ángel-, protestaba, diciendo que él en compañía de otros 2 paisanos, habían sido los primeros en llevar serenata al Cementerio, tocando y cantando con guitarras.

Y nosotros, Alejandro Castillo Mauricio, Q: P: D: Rodrigo García Soto, Choligo Q: P: D, Gustavo Galindo Castillo y Yo, Jorge Luis Calderón Taracena, estamos seguros de haber sido los primero en celebrar el Día de los Santos, con la Marimba Andina, de Don Simeón Castillo, tío de Alejandro. En este instrumento que cargábamos en hombros, mi hermano Romeo, Tavo Galindo, Alejandro, Choligo y Yo, llevamos también, serenata a Laura García Soto, por encargo de Guiche Rivas, que la enamoraba, en la misma primera avenida –hacia el poniente- vivía Magda Gordillo que era pretendida por Carlos, mi hermano, y también le tocamos dos piezas:  ¨DESPIERTA y    ¨MIS TRISTEZAS¨,  hechas por Don Eliseo Castillo y que, hasta la fecha son las preferidas para dar serenata a las novias que se supone ya están en la cama durmiendo o ¨volando oreja para oír las melodías de su enamorado.

Después cargábamos con el instrumento – un marimbon que como pesaba-, hasta la casa de Bertita Recinos Q:P:D., que fue esposa de mi hermano Romeo y madre de Willy Q:P:D: y Vilma María Sucel Calderón Recinos, hoy esposa de la Vicky Gantembain cerca quedaba la casa de don Rómulo Nufio y Alejandro pretendía a una hija – Laura Nufio, hoy viuda de Andrino, tocábamos unas tres melodías y de allí seguimos para el cementerio general, donde volvimos a tocar  DESPIERTA, MIS TRISTEZAS Y TUS OJAZOS MARIA.

La noche transcurría hacia el amanecer y para guardar la marimba ANDINA, teníamos que llevarla hasta la casa de Don Ricardo Villatoro que quedaba frente al Calvario – la Iglesia El Calvario. A pocos metros de la casa de don Ricardo vimos aparecer sobre el cerro de Chinaca, el disco luminoso y caliente del Astro rey, el sol, pues ya eran las seis de la mañana de Primero de noviembre. Jóvenes y bien alimentados, sin necesidad de echarle a los tragos, aguantamos perfectamente la desvelada.

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EN LA BUSQUEDA CONTINUA DE HAYAR ALGO NUEVO QUE DECIR, EL AUTOR DE LA PRESENTE SELECCIÓN, ESCRIBIO OPORTUNAMENTE UN ARTICULO PARA REFERIRSE A LA SERENATA, NO SOLO COMO TRADICION PERPETUA E INTEMPORAL, SINO REFIRIENDOSE A LA PURIDAD DE LA MISMA, A LOS ACOSOS DE LAS ESTRICENCIAS Y A CIERTOS CAMBIOS BRUSCOS E INEVITABLES QUE HA SUFRIDO EN LOS ULTIMOS TIEMPOS.
LEAMOS CON DELEITE Y AL RITMO DEL SON SAL NEGRA.





LOADA SEA LA SERENATA     

FRANCISCO SOSA RUIZ
En el curso de los años la serena Serenata ha ido perdiendo su autenticidad; vale decir que se inicio como un acto puramente amoroso, movido por los sentimientos y su desvarío se ha ido marcando paulatinamente. Se pretendía con ella despertar a la amada o evocar al ser ausente de este mundo. Corrían los años esplendorosos de mil novecientos treinta y pico, cuando ya las primeras marimbas, tenorcitos y guitarras eran ejecutados en lugares precisos para saturar el ambiente de melodías y robarle el corazón al sueño, al silencio, a la noche.

Un pañuelo blanco y perfumado surcaba en la ventana y en el confín del aliento un amoroso corazón redondo y rojo palpitaba de gozo. La amada estrujaba su pecho y sentía gravitar muy dentro el alado cariño de su galán. La luna iluminaba de lleno la ciudad y el recóndito trajín de las horas parecía diluirse en la alegría bullanguera de los músicos, marimbistas y marimberos.

Los sueños emigraban al altísimo y las voces apacibles se regaban por las calles ufanas del tiempo y el espacio. Se estaba fundando para nuestro terruño: Huehuetenango una luminosa tradición, salpicada de voces, bordada de marimbas, tachonada de guitarras, festejada de sones.

Hacia 1,950, ya no eran dos o tres marimbas. Eran racimos de marimbas, las cuales se adueñaban  del ambiente y se refractaban en los recuerdos tristes del cementerio. Hacia mil novecientos sesenta la constancia y la perpetuidad habían trascendido.  Se iniciaron las visitas de conjuntos venidos de otros pueblos. El corazón palpitaba su luz en la belleza apacible y pura de la mujer huehueteca, era el fulgor y destello, para entonces, de las marimbas:  RIO BLANCO y RITMOS DEL SELEGUA.  Los maestros Leandro Palacios, Emilio García,  Gumersindo Palacios, Augusto Palacios, entre otros, conformaban las luminarias musicales en ese entonces...  fueron años de esplendor.  El auge hundió sus raíces. La música en marimba cundió casas, calles, barrancos; se aferro a las puertas, anego camas, inundo corazones, bajo recuerdos, revolvió tristezas, restaño heridas, dio flechazos musicales en suma. Ahí sonaban de moda  las melodías criollas: MIS TRISTEZAS, TUS OJAZOS MARIA, LAGRIMAS DE THELMA, MIGDALIA AZUCENA, AÑORANZAS, LINDA GUERITA, EN CUILCO ME ENAMORE,MI LINDA KELY,  MI CHIANTLEQUITA, LAS DOS SARITAS, LOS TRES JORGES.

En la década de los setenta el desborde fue aún mayor.  Los grupos de cuerdas se sumaron con entusiasmo y las marimbas de otros pueblos se unían a la algarabía. La promoción de los grupos se inicio en el parque central.  Ahí se instalaron las ventas de buñuelos,  caliente, café, tamales. Los vueltines alrededor del parque eran ya una costumbre y muchísimas familias concurrían para contribuir al realce de las actividades. La serenata así, se resistía a morir y cobraba nuevos alientos.

En la década de los ochentas los grupos de cuerdas y la estridencia de los altoparlantes ambulantes, así como grupos electrónicos marcaron un sesgo a la ya considerada tradición y filtraba voces y sonidos, más allá del roce cadencioso del hormigo. Se trastocaba la puridad  y se daba paso a una serenata modernizada.

Ya en la década de los noventa se puso el grito en el cielo, dada la transculturización de la tradición. Grupos culturales se dieron a la tarea de proyectar su rescate y propusieron una especie de ¨acuerdo gubernativo¨, donde se establecían los porcentajes de música criolla, nacional y extranjera, como si la música pudiera medirse en tantos por cientos, matemáticamente hablando. Establecieron que no hubiese actividades ajenas a la serenata, como bailes con discotecas o música con altavoces que no fuera marimba. Pedían menos estridencia, menos influencia extranjera.

La idea es buena, debe rescatarse, fijando limitantes, pues los mariachis provenientes de Chiapas, México, atentan contra el espíritu marimbistico de la actividad y la condenan a una paulatina muerte, como es el caso también de las tarimas gigantes que colocan emisoras mercantilistas para la ocasión, sobre todo en el mero corazón de la ciudad, donde todo parece desnaturalizarse esa noche, con la saturación de ventas de comida chatarra, al igual que las bebidas embriagantes y la excesiva contaminación visual de la propaganda de bebidas espirituosas. Eso riñe y esta fuera del rol propiamente, de la genuina serenata, que atrae a propios y extraños: LA SERENATA DEL DIA DE LOS SANTOS.

Algo maravilloso, digno de resaltarse, mencionarse y subrayarse es la presencia de las marimbas sencillas que ejecutan sones, música que realza la identidad de la Patria. Sones hermosamente melancólicos saturan la atmosfera.   








MARIMBA ORQUESTA REYNA MAM
Eterna participante de las serenatas.



ADALBERTO HERRERA CASTILLO
Poeta huehueteco que brillo en muchos lugares del país, se inspiro en la Serenata de Huehuetenango. Muestra de ello es el poema que se consigna a continuación:

VIEJA SERENATA CRIOLLA

La humilde esquina del barrio se ilumina
En la penumbra de la noche
En que deambula la serenata del pueblo.

Músicos tranochadores que fantasmiza la luna
Afinan sus instrumentos amortiguando los trinos
Bajo el silencio complice del balcón donde revienta
En florilegios de bohemia la dulce tonada criolla.

El cierzo de la noche parece agitar en los vitrales
Magnolias y crisantemos de luna; los cigarrillos
Tejer un velo de novia en los retorcidos hierros
Del balcón donde tirita el alma enamorada.

Vengo a turbar, en romantica noche de quietud
Tu castísimo sueño virginal con la voz de mi laud
Claman en tierno duo la voz y las guitarras, en tanto
Que a lo lejos la campana de la torre da las doce
Y aparece sigilosa tras la abierta celosía
En la penumbra, la Julieta del incognito Romeo…

Las canciones se suceden y las notas estimulan
El coloquio salpicado de promesas, de suspiros
  de calidas palabras siempre nuevas, siempre dulces
al oído enamorado, aunque siempre son las mismas,
las eternas y encantadas de la eterna humanidad.

Los bohemios aturdidos rien, cantan y se inspiran
Bajo el tenue parpapadeo del farol de la cantina
Pero súbito se callan, porque pasan por la esquina
Silenciosos y embozados los soldados de la ronda…

Luego, rumor, de pisadas discretas que se alejan,
Cigarrillos horadando la noche en la distancia,
Sombras desveladas, calle abajo silbidos, cuchicheos
Y siolencio: el silencio de las calles ateridas
A la hora en que irrumpe el clarín del primer gallo.

Vieja serenata criolla, prolongación romantica
De la vida colonial impregnada de leyendas
Timido esbozo del romance popular anónimo,
Que infiltras en el alma de la ciudad adormecida
El néctar de tus lirismos tan gratos al corazón.
Vieja y dulce serena5ta, complice de los balcones
En donde tiembla el pudor de las timidas doncellas
Y florece el amor en blancos crisantemos de luna:
Sigue, sigue hilvanando notas sentimentales, tiembla
En la noche como un ruego delante de la musa criolla;
Por mas que los tiempos cambien
¡no caera en el vacio!


COMPOSITORES HUEHUETECOS Y SUS CREACIONES QUE LE DAN  VIDA A LA SERENATA

Don Eliseo Castillo: Este insigne autor de innumerables melodías, nació en Huehuetenango el 14 de junio de 1,879. A pesar de mencionarse que es autor de más de cien melodías, vuelve a la vida con sus  conocidas composiciones: DESPIERTA, MIS TRISTEZAS, -melodia  conocida como  EL HIMNO DE HUEHUETENANGO -, por su exquisita belleza y ritmo, DOLOR, ECOS DE LA SIERRA, AMOR Y COPA DE NIEVE.  Debido a su popularidad, sobre todo a su fama, el recordado Dr. Horacio Galindo, le dedico el libro AVE SIN NIDO, en el cual se reseña la vida y obra de tan insigne compositor. Un busto a su memoria se haya expuesto en el Parque El Calvario de esta ciudad.

Simeón Castillo. Fue miembro prominente de la MARIMBA ANDINA, misma que se menciona como la primera que existió, para amenizar los diversos actos cívicos y populares. Era especialista en ejecutar el conocido instrumento llamado CLARINETE, con el que ejecutaba de manera especial EL HIMNO DE GUATEMALA.

Efraín Castillo Mauricio. Hijo de Don Eliseo Castillo, brillo por su inspiración de la melodía TUS OJAZOS MARIA y la  recordada: DAME TUS OJOS. Falleció joven, cuando apenas cumplía 24 años.

José Ernesto Monzón, conocido como Chepeneto, en el ámbito artístico de la capital. Autor de innumerables melodías, dentro de las que destacan: LA SANJUANERITA, HUEHUETENANGO, CANTO A GUATEMALA, LA LUZ DE TUS OJOS, MENGALITA DE MI TIERRA, livingston, EL CHONGUENGE, VIVA SAN MARCOS,   MUÑEQUITA, MADRE Y OTRAS MÁS. Fue declarado EL CANTOR DEL PAISAJE. El teatro municipal de esta ciudad fue bautizado con su nombre,

Paco Pérez: nacido en esta ciudad el 25 de abril de 1,916, en una casa que estuvo en el lugar que hoy ocupa el llamado centro de Beneficencia EL AMPARO DE SAN JOSE.  De pequeño fue llevado a Quetzaltenango, lugar donde estuvo, vivió y se inspiro en la LUNA DE XELAJU, creo otras melodías, como CHICHICASTENANGO Y SANJUANERITA, totalmente diferente a la creada por José Ernesto Monzón.



Gumersindo Palacios Flores: nació en esta ciudad el año 1,904. Su más popular melodía constituye LÁGRIMAS DE THELMA. Prolífico compositor que se le recuerda con cariño, otras de sus composiciones son: SOLEDAD, MIGDALIA AZUCENA, EL TROMPUDO, HERMOSA MARGARITA, CLUB DE LEONES, LOS 3 JORGES, FLOR DE LUZ, FLORECITA, BETTY, CONJUNTO MAM, CLAVELLINAS NEBAJENSES, FIESTAS JULIAS, VIRGENCITA DE CONCEPCION, JUMAJ DE MIS ENSUEÑOS, AURA MARINA, ETC.ETC. La escuela de Marimba de esta ciudad fue bautizada con su nombre.

Emilio Alejandro García: nació en San Pedro Neta en 1,904. Ejecutante del instrumento llamado CARAMBA, integrante fundamental de la Marimba RIO BLANCO y otras más. Autor de múltiples melodías en marimba, dentro de las que sobresalen: VIRGENCITA DE PLATA, GOLONDRINA, MUCHACHOS HUEHUETECOS, RECUERDOS, TENIS CLUB, MUÑEQUITA LINDA, TERNURA, BAJO LAS SOMBRAS DE TUS OJOS,  EL CHATO LIZ, SIN PODERTE OLVIDAR  Y otras más.

 Victor Wostbely  Aguilar, nació en Huehuetenango mas tarde se avecindo quetzalteco, sus mas destacadas melodías son: LOS CUCHUMATANES, AROMAS DE MI TIERRA, LOS TRECE, LA PATRONA DE MI PUEBLO, TRISTEZAS QUETZALTECAS, ACTUALIDAD, OCCIDENTE, AÑORANZAS, la que no debe confundirse con el blues añoranza de autor anónimo. Este autor compuso alrededor de cincuenta melodías para marimba.

Otros recordados compositores de música  serenatera, dignos de mencionarse son: Herman Fuñes Castillo, Miguel Ángel Alvarado Morales, Edgar Fernando Calderón Tesen, Gilberto López Castillo, Mario Herrera, Manuel Rodríguez, Elpidio Cano, Efrén Villatoro Molina y Gonzalo López Rivas, célebre por su CANTO A MI HUEHUETENANGO.
 

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NOMBRES DE  ALGUNAS MARIMBAS SERENATERAS A LO LARGO DE LA HISTORIA:

 Se menciona a LA MARIMBA ANDINA,  dirigida por don Eliseo Castillo, como la primera marimba doble que participo en una serenata huehueteca.  Sin orden de aparición, mencionamos otras,  LA VOZ DE LOS CUCHUMATANES,  RIO BLANCO, REYNA MAM, RITMOS DEL SELEGUA, NIÑA CAMINERA, MARIMBA TRES DE MAYO, IMPERIAL CLUB, ECOS DE SELVA, MARIMBA DE LOS HERMANOS MARTINEZ, MARIMBA PRINCESITA, ETC.ETC.
DE LAS MARIMBAS SENCILLAS, EJECUTANTES DE SONES, POR EXCELENCIA: INDITA BARBARENSE, FLOR DE CAÑA, NARANJA DULCE, FLOR BATANECA, HERMANOS RAMIREZ, ETC. ETC.
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Advierte Don Carlos Gordillo que a las primeras ¨serenatas¨ se les llamo gallos, a secas. –Esta noche va a haber gallo mucha…dice que decían y puntualmente se juntaban los músicos, que, sin pedir el permiso correspondiente recorrían distancias diversas con el fin de complacer a quienes llevarían música a la novia o la enamorada.
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                                                                                      LA MARIMBA
Escribe: DANTE CARMIN
La marimba es un instrumento de edad intemporal que ha ido evolucionando gracias al ingenio de quienes se sienten cautivados por su música y quedan presa de encanto, envueltos en una pasión que no los abandonara jamás, ni detrás de su propia muerte.
Es un instrumento mágico que emite sonidos percutados con fluidez y precisión, que luego de ser difuminados por el viento asoman flor adentro del espíritu para aletear asombrosamente en el lugar mas vulnerable del alma.  Esa virtud, corona el recuerdo y se filtra con suma sutileza a 
Los sentidos.
A ella le han cantado la mayoría de los mejores escritores de Guatemala, en versos salpicados de ternura, alegría, tristeza, nostalgia, dolor y llanto. Son innumerables los poemas y las formas dedicados a su nombre. En honor a ella se han escrito cientos de cuartillas dechadas de cantos,
Elogios y flores. Ejemplo de ello esta el Parnaso a la Marimba, que constituye la compilación de los mejores sonetos, liras, decimas y otras figuras poeticas, hecha por el desaparecido intelectual guatemalteco Rigoberto Bran Azmitia.
La marimba tiene un encanto ultraterreno que envuelve a todo aquel que la escucha con el corazón. Su hermosura trasciende los arcanos cielos y sublimiza los sueños idos bajo una torrencial luz multicolor que se requiebra en los cristales pulidos de la palabra.
Su voz pareciera venir desde las lejanías azules, alla donde borbotan los arcoíris o los celajes esplenden con el mismo encanto de los ruiseñores o los guardabarrancas.
Ella mece los sueños y engalana los sonidos noctámbulos de la brisa febril que esparcen a los cuatro vientos de esta cara patria Guatemala.
Por ella vibra, silba, trina, llora. De su cuerpo moreno emigran las estrellas y las emociones invictas fosforecen de alegría.
Y es asi como todas las serenatas, de todos los tiempos de Huehuetenango, otra vez estará presente para inundar con su música todo lo visible y movible a dishoras de la noche. Regiran de nuevo con sus cantos de madreselvas. Preciosamente surgirá bullanguera su música ancestral. Su voz se hara presente para iluminar su sitial amoroso y triunfal, en el corazón de los genuinos huehuetecos, de los que aman su rescate y vigencia. De los que baquetazo a baquetazo la hacen vibrar y sentir felizmente terrenal y la colocan a la altura de los astros para que la luz de su recuerdo no se apague y nos siga iluminando a través de esas hermosas melodías de sempiterna algarabía, que manos creadoras volcaron al pentagrama para nutrirnos la sangre de alboradas dispersas a de clarines soles emergiendo del agua o de las sombras.
Volverá como otras veces nuestra amada marimba.
Sonara con el orgullo voluptuoso de siempre, para escarbar la nostalgia y sepultar las lagrimas que alguna vez fluyeron de ojos iluminados por la luz de otros ojos. Volverá y colmara nuestras raíces. Besar nuestro aliento. Envolverá nuestro sueño. Eclipsara angustias. Esfumara la sal de las lagrimas. Sutil y frescamente ondeara en las mejillas de las chapudas traídas de nuestro Huehuetenango. Opacara los trinos. Revestirá a las rosas.
Será la reina elocuente de los besos. Coronara y refrescara las memorias y promesas. Bailara en cada poro a media luz u nunca jamás se borra ra su huella. Acariciara las canas de las abuelitas.
Madre marimba: flor alada, constelación de recuerdos en la escala nupcial de las guarimbas. Constelación de recuerdos. Hijita del hormigo; del árbol que canta mientras duerme. Tu voz es la mas alta de la tierra. Insignia de los bosques y los ríos. Corazón musical de mis Cuchumatanes.    
 Que tu cuerpo vegetal, habitado de las horas mas dulces de los siglos recorra las calles de este pueblo y se funda a los latidos del corazón para reencontrar la ternura.
Bienvenida a esta nueva serenata, oh, noble MARIMBA.









DE LA PLUMA DE ARNOLDO TANCHEZ PALACIOS LOGRAMOS UN INTERESANTE
ARTICULO SOBRE LA TRADICION. EL MISMO FUE PUBLICADO ORIGINALMENTE
EN LA REVISTA ¨EL HERALDO DE LOS ALTOS OCTUBRE DEL 2,010



LA SERENATA HUEHUETECA
BELLEZA MUSICAL, HERENCIA Y ESPLENDOR ANTES DE SU DECADENCIA
ARNOLDO TANCHEZ PALACIOS

Antes que las tradiciones se volvieran negocio y oportunidad de algún beneficio, antes que la tecnología ocupara espacios, la serenata huehueteca no necesitaba micrófonos ni bocinas para que fuese escuchada por la mujer huehueteca que, impaciente esperaba las melodías en marimba o voces acompañadas de guitarras se colaran por ventana y balcón, se sintiese amada por aquel privilegiado que llevaba la serenata así por los barrios y cantones de una serena ciudad.
Oficialmente, es el año de 1,940 cuando da comienzo la Serenata por ese corazón enamorado  y musical de Rodrigo Garcia Soto. Ciriaco Gutierrez y Manuel Galindo, se solicita permiso a la jefatura política y es frente a la casa ubicada en la 1ª. Calle y 3ª. Avenida, zona 1 donde se inicia la misma, sin saber el grande de la idea serenatera que trascendería la misma para volverse una tradición.  En 1,937-38, ya se tenia en mente la serenata, con obreros y vecinos que se reunian en un taller de zapatería –hoy 5ª. Calle y 5ª avenida esquina- finalmente tiene su arraigo oficial el 31 de octubre para el amanecer del primero de noviembre y por eso se le denomina ¨Serenata del dia de los Santos¨ Pero tambien en 1,930 suenan albores de serenata, tanto 1,930 como 37-38  son un par y dualidad, pero historias aparte aparecidas en pequeñas crónicas en algunas publicaciones en el siglo veinte, pero hay un poco mas en estos antecedentes de serenatas en Huehuetenango.
Alla en 1,825 cuando se declaro Villa a este lugar, dice la antigua crónica que hubo desborde de vecinos congregados en la Plaza de Armas y se dejo escuchar música , cantos y canciones en horas de la noche con el estreno de faroles en dicha plaza, llevaron muchos instrumentos. Mas adelante en 1,910 se conoce, no solo de la gama de músicos huehuetecos, el ultimo despertar de marimbas sino de un grupo de mexicanos que alrededor de una fogata interpretan corridos y rancheras allá por Chimusinique, acompañados de guitarras y guitarrones.
Músicos de la talla de don Eliseo y don Simeon Castillo a la vez compositores, además don Gumersindo Palacios, don Milo Garcia amigos de corazón de la marimba y toda esa herencia musical marimbistica de huehuetecos en conjuntos y marimbas como Marimba Andin, los chorchas, Hermanos Funes, Ritmos del Selegua, Rio Blanco, de los hermanos Palacios, Reina Mam, alma Argentina y tantas marimbas de Huehuetenango y entre melodías como Mis tristezas, Lagrimas de Thelma, entre otras de compositores huehuetecos y nacionales, la serenata tuvo su auge, esplendor y la tristeza cuando se llevo la serenata al cementerio general por parte de los amigos de Manuel Galindo, quien, ya no estaba para escuchar en vida esa serenata de la cual también fue iniciador. O el año 1,941 cuando se agrego a la misma la concertina ALFA, talentosos amantes de la música en su justo valor. Mas adelante se tergiverso con otros sonidos manchando el pentagrama y hasta los balcones se fueron cerrando, las novias ya no escuchaban mas una marimba o voces y boleros o una exquisita balada. Las calles dejaron de ser punto de reunión de los muchachos para ir a dar una serenata a la novia, la esposa, la enamorada o la amiga, quienes tal vez o no, esperaban después de la medianoche la Serenata del Dia de Los Santos o la del Miërcoles Santo, iniciada en 1,950 por los Hermanos Palacios, entonces toda una gran tradición de huehuetecos para huehuetecos.
Para una serenata, Chepe Monzon  el cantautor invito a Manuel Jose Arce visitar Huehuetenango, por lo cual este hombre de letras escribia en la columna DIARIO DE UN ESCRIBIENTE, en el perioidico EL GRAFICO, sobre el ambiente serrenatero de una noche huehueteca.
Aquellas noches de serenata en Huehuetenango, en esta centenaria ciudad, sus momentos, o grandes momentos fueron de 1,940 y se alargo hasta los años setenta, repentinamente la decadencia con el excesivo numero de bocinas por todas partes con otros tipos de musicalizaciones ya grabadas, se terminaba para siempre el enamorado frente al balcón de la amada y de huehuetecos enamorados de la noche acompañando, siguiendo y escuchando las marimbas del pueblo.
Alguien, quizás recuerde el año de 1,956, cuando por vez primera se escuchaba una serenata del dia de los Santos en el parque central transmitida por la primera emisora de radio T.G.A.G., fue un momento también único, pero hoy todo ha ido quedando en el tiempo, perdido e irrecuperable.
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En la Revista NOVEDADES publicada hace algún tiempo apareció un artículo escrito por MIGUEL ANGEL ALVARADO MORALES, describe en el datos importantes para ser conocidos por quienes se interesen en la búsqueda de datos sobre la Serenata del Da de los Santos.



COMO NACIO LA SERENTA DEL RECUERDO DEL DIA DE TODOS LOS SANTOS ENLA CIUDAD DE HUEHUETENANGO.
Escribe MIGUEL ANGEL ALVARADO MORALES.
Autor y compositor huehueteco.
Fue una 31 de octubre del año 1,937 cuando en la fábrica de calzado IDEAL, propiedad del señor FORTUNATO MONT, ubicada precisamente donde esta ubicada la Cooperativa Inmaculada Concepción, en la 5ª. Avenida y 5ª.Calle esquina de la zona 1 de la ciudad de Huehuetenango, donde trabajaban, entre otros, los señores Jose Luis Reyes, Miguel Angel Alvarado Morales, Rómulo López Cano, Celso Ramos, Juan González y el salvadoreño Adán Vásquez Rosales y a eso de las tres de la tarde Miguel Angel les dijo: oigan mucha, saquemos la SERENATA DEL RECUERDO, esta noche. ¿Por qué del recuerdo?, le pregunto Jose Luis Reyes; porque es para recordar a los muertos y porque mañana es día de Todos los Santos; contesto Miguel Angel; de acuerdo exclamaron todos a una voz y nos podemos reunir esta noche en el Marquesote a las diez de la noche; esta bien, allí nos juntaremos dijo Miguel; pero le sugirieron que le avisara a su hermano Ruben  para que cantara el dueto.
 En ese tiempo existía el dúo ¨LOS CANCIONEROS  DE LA QUINTA EL PRADO 13¨ compuesto por los Hermanos ; Miguel Angel y Ruben   Alvarado Morales. Se reunieron y sin solicitar la  licencia respectiva para poder cantar en las calles de la ciudad, frente a las puertas y balcones de las bellas huehuetecas, burlando con ello la vigilancia de la policía, salieron a las calles a las once de la noche
El  31 de octubre de 1,937 dando la primera serenata en la casa de la señorita Graciela, la segunda frente al balcón  de la casa de la señorita Glorinena Díaz, a la que le interrumpieron su sueño dorado con las notas de las sonoras guitarras huehuetecas y románticas voces del aludido dúo. La joven damita al escuchar la última canción, abrió la ventana y a través de los balaustres del balcón, con un amoroso beso agradeció la serenata a su trovador, que le había dejado su alma y corazón en las canciones que escribió y canto para ella.
…luego de un recorrido y ancho de la ciudad, siendo ya de madrugada culminaron su participación. Así concluyo la primera serenata, iniciada la noche del 31 de octubre de 1,937. Desde aquella memorable fecha, se siguió escuchando esta serenata, año con año, tres años después  se escuchó la primera marimba pequeña, ejecutada por el solista Rodrigo García Soto, en 1,940.
El verdadero padre de la Serenata de Huehuetenango, es, entonces, Miguel Angel Alvarado Morales. Bella muñequita musical que sale a cantar todos los 31 de octubre hasta amanecer el 1 de Noviembre, día de Todos Los Santos.
…ahora con respecto a la serenata del MIERCOLES SANTO, no se sabe cuando ni en que año se escuchó la primera. Se cree que rebasa los cien años.

  


MARIMBA DE FINAS ERAS, ERES PLUMA DE QUETZAL
En el color de tus ojos halle las brisas de tu encanto
Las respuestas de tus sueños, la flor de tu perfume,
Los manjares de tu risa, el ángel de tu anhelo.

Eras, entonces, apenas, quinceañera marimba,
Trébol de luz, enredadera ágil de la memoria
Símbolo vegetal en el redondo corazón alado
De mi jubilosa sangre, irrepetida y ágil.

Tu cuerpo de relámpago, brisa, aguacero,
Ha desfogado su canto en las hojas del turpial
Con su luz cascabelera, y su imagen de cristal.

Brinde, entonces, con mi lira por tu luz de primaveral
Y tu cuerpo ya bordada, en mi raíz sin igual
                                       Se encendió como una hoguera de calor sentimental.

Tus sones, barreños, zarabandas y zapateados
Se han ido moldeando, uno a uno en el brocal
Del sueño y la memoria, del alma, del corazón
Como afinado sustento de tu amado instrumental.

Tú, te sueñas y deliras con tu canto transversal
Inundando el firmamento de esta tierra del Quetzal.

Guatemala te saluda, te venera, se extasía,
Cuando cantas, cuando lloras, cuando callas
O el color de tus ojos se vuelve brisa en el tiempo
 Triunfal y enjardinado del anhelo.

Tu blanca iridiscencia, vegetal ensueño, gira,
Amanece rotunda y apreciada,
En el fondo del ser y en el recuerdo
De los años que pasan y constelan
La floración de tus ritmos y tus cantos.


Brindo por ti, MARIMBA de corazón alado
Consuelo de tristezas, bálsamo azul de etéreas nostalgias.


Torcacita de azules firmamentos…
Alada ensoñación de la memoria…
Trébol turquesa de los años sin orillas.
Jade nupcial de los arboles de hormigo.

Marimba, MARIMBA, marimba, que tu voz no se calle
Que nos alegre siempre, siempre, siempre,
Por los siglos de los siglos, de los siglos.

MARIMBA DE PRIMAVERA, ERES PLUMA DE QUEtZAl
ESCRIBIO: FRANCISCO SOSA RUIZ
Poeta y Escritor, laureado Nacional  e internacionalmente